Ana María relata la frustración de esperar hasta cuatro autobuses en Las Campas ya que en todos fallaba la rampa, hasta que finalmente se decidió a pedir un taxi. Es presidenta regional de la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad (FRATER), por lo que está en contacto permanente con otras personas con problemas similares: gente que llega tarde al trabajo, estudiantes que van a la facultad, gente mayor que acude a una consulta médica... Recibe todas las mañanas de cuatro a seis llamadas de los socios comunicándole el mal funcionamiento de las rampas; que muchas veces directamente ni se despliegan.
En otras ocasiones no es la empresa la responsable de las dificultades de una persona con movilidad reducida a la hora de subirse a un autobús urbano en Oviedo. También es bastante frecuente que un autobús no pueda acercarse a la acera en la parada porque hay coches mal aparcados que invaden la franja amarilla reservada al bus.
La accesibilidad es responsabilidad de todos y una obligación. En octubre del año pasado le tocó el turno a los autobuses que el CTA fleta entre las ciudades de Oviedo y Gijón y el aeropuerto. Desde ese mes la mitad de estos autobuses cuentan con una rampa para las sillas de ruedas. Una responsabilidad asumida que no tardó en desviarse al precio del billete. Aprovechando las subidas del 2011, el billete del bus del aeropuerto pasó de costar 6,15€ a 7,50€. Posiblemente esta subida espectacular sirva para financiar la adquisición de estos nuevos autobuses adaptados. Así que ya sabéis, cuando compréis un billete para ir al aeropuerto en autobús estareís cooperando con una causa justa; de esta forma el CTA se ahorra hacerlo (al menos en parte).